El Lago Argentino: El Espejo Líquido de los Glaciares Patagónicos
Ubicado en el corazón del Parque Nacional Los Glaciares, en la provincia de Santa Cruz, el Lago Argentino es uno de los grandes espejos de agua dulce de la Patagonia argentina. Sus aguas turquesa de deshielo glaciar bañan las faldas de algunos de los glaciares más imponentes de América del Sur, ofreciendo un escenario natural de increíble belleza.
Un Lago Nacido de las Entrañas Glaciares
El Lago Argentino debe su origen al retroceso de la gigantesca masa de hielo que cubría gran parte de la Patagonia durante la última Edad de Hielo. A medida que los glaciares se fueron derritiendo hace unos 18.000 años, las aguas de deshielo fueron ocupando la hondonada dejada por el movimiento glaciar, dando forma a este enorme lago de 1.466 km2 de superficie.
Con una longitud máxima de 78 km y un ancho promedio de 30 km, las aguas turquesa del Argentino se despliegan en tres grandes brazos que se internan entre las cumbres andinas: el Brazo Norte o Rico, el Brazo Sur o Tehuelche, y el Canal de los Témpanos. Es precisamente en este último donde el Glaciar Perito Moreno despliega su descomunal frente de hielo azul de casi 5 km de ancho.
Un Refugio de Biodiversidad Patagónica
Más allá de su formidable belleza escénica, el Lago Argentino también es un importante refugio de vida silvestre en medio del remoto desierto patagónico. En sus aguas y costas habitan varias especies animales que aprovechan la abundancia de peces y la calma de sus orillas protegidas.
Aquí es posible avistar cormoranes, gaviotas cocineras, cauquenes y flamencos en sus riberas. En tanto, sus aguas claras cobijarían especies de peces como la trucha arcoíris, la perca y el pejerrey patagónico. Por si fuera poco, en sus costas boscosas aún deambulan huemules, pumas y el enigmático zorro gris de la estepa patagónica.
Brazos Glaciares: Ventanas al Hielo Eterno
Cada uno de los tres grandes brazos que conforman el Lago Argentino ofrece una ventana privilegiada hacia el infinito mundo de hielo de la Patagonia. El Brazo Rico, el de mayores dimensiones, es la vía de acceso acuático al descomunal frente del Glaciar Perito Moreno. Es allí donde las embarcaciones se acercan para presenciar el impresionante espectáculo del calving o desprendimiento de sus enormes masas de hielo hacia las aguas.
Por su parte, el Canal de los Témpanos se encuentra literalmente atestado de enormes masas azuladas de hielo a la deriva, desintegradas directamente desde el frente del Perito Moreno. Este vertiginoso «cementerio de témpanos» ofrece también la posibilidad de navegar directamente entre estos colosales bloques flotantes.
Finalmente, el Brazo Sur o Tehuelche bordea unos 32 km de la lengua glaciar del Glaciar Spegazzini, la terminal más larga de todo el Campo Continental de Hielo Patagónico Sur. Aquí las embarcaciones se adentran hasta llegar al mismo pie de la pared de hielo, apreciando imponentes desprendimientos.
El Espectáculo Cromático de las Aguas Glaciares
Pero quizás uno de los grandes atractivos del Lago Argentino es la paleta infinita de tonalidades y colores que pueden admirarse en sus aguas. Desde las embarcaciones es posible contemplar cómo sus aguas turquesa intenso van adquiriendo diferentes tonalidades de verde, azul y hasta grises, dependiendo de la incidencia de los rayos solares sobre el hielo glaciar suspendido y disuelto en ellas.
En algunos sectores, las aguas límpidas permiten incluso ver sus profundidades de decenas de metros de altura, dejando entrever las formas y colores de las rocas del lecho lacustre. Es casi como contemplar un universo submarino de aguas dulces que rápidamente cautiva con sus infinitos juegos cromáticos.
Los Contrastes del Hielo y el Bosque
Otra de las grandes maravillas que rodea al Lago Argentino son los imponentes contrastes naturales que lo enmarcan. Por un lado, sus aguas turquesa y las titánicas paredes de hielo de sus glaciares colindantes generan paisajes propiamente polares, dignos de las regiones más gélidas de la Tierra.
Pero por otro, las costas sureñas del lago están salpicadas de tupidos bosques andinos de ñires y lengas, generando un atractivo contraste de la vida vegetal arraigada